miércoles, 17 de febrero de 2016

JUAN ANTONIO NEGRETE ALCUDIA




No es obligado responder a todas las preguntas. Creo.



1- Un remedio.
Tengo que decir, dada mi profesión de profesor, que “solo” la educación es remedio, si es que hay remedio…; pero también que “solo” lo es el amor. O sea, y aunque suene blandengue para los oídos de algunos, la educación con amor o educación amorosa, y la educación en el amor (en el arte, en la música, en la filosofía…) son el remedio, si es que esta “realidad” tiene remedio.

2- ¿Qué tal?
Suelo contestar que bien e incluso que muy bien. Y no solo porque efectivamente me siento muy afortunado con lo que y los que me rodean, sino también porque quiero hacer gala de optimismo. Pero, por otra parte, cada vez me parece más difícil sentirse bien: cada vez me parece más difícil olvidar el inmenso dolor que cuesta el mundo; cada vez me parece más difícil, incluso, esperar que el bien pudiera, algún día, resarcir todo ese sufrimiento, justificarlo, redimirlo… ¿Qué hay de los que sufrieron y sufren, injustamente, incomprensiblemente? ¿Puede uno estar bien mientras ellos pagan la factura?

3- Alguien que te guste oír.
Tengo gustos musicales bastante místicos, porque me ayudan a leer y escribir: el Arte de la Fuga de Bach, las polifonías de Tomás Luis de Victoria o Cristobal Morales, y contemporáneos como Arvo Pärt, pero también Xennakis. Desde mi juventud, además, oigo y toco con gusto música tradicional irlandesa; también griega, búlgara, húngara, india… A veces oigo el silencio.

4- Alguien que te guste leer.
¿Aparte de Platón y sus colegas? En el ámbito literario tengo algunos poetas que no sé muy bien por qué me embrujan. Por ejemplo, en los últimos años me ha acompañado a menudo (aunque lo leí por primera vez con dieciséis años) un poeta francés, Yves Bonnefoy. Escucha: “A este copo / que en mi mano se posa, deseo / asegurarle lo eterno / haciendo de mi vida y mi calor, / de mi pasado, de estos días de ahora, / simplemente un instante: este instante, sin límites. / Pero ya no es que / un poco de agua que se pierde / en la bruma de los cuerpos que van por la nieve”.

5- ¿En qué se parece sumar y restar?
Con ninguno de los dos se alcanza lo infinito, se está siempre a la misma distancia. Se parecen, en realidad, en muchas cosas: las dos son maneras de medir y segregar: si uno suma, otro pierde. Pero, en el fondo son, según el sabio Heráclito, lo mismo: nada es tan grande que no haya infinitas cosas mayores; si te haces grande, empequeñeces; y lo más pequeño es lo más grande, porque todo está contenido en un punto tan pequeño que es indivisible.

6- Una mujer.
La “mía”, es decir, esa con la que tengo la suerte de convivir desde hace muchos años que se me han hecho pocos. Ella tiene todo lo que podría significar mujer: inteligencia racional y emocional, cuidado, ternura, sencillez…

7- Un hombre.
No caigo en ninguno en especial. Y es muy difícil hoy hablar del hombre, del varón. Quienes no ven nada bueno en él, me parecen inteligencias modestas, agresivas y falsas. Pero no tengo algo interesante que ofrecer a cambio.

8- ¿La filosofía podría hermanar a un forofo del Barça de fútbol con uno del Madrid de baloncesto?



9- Una rebanada de pa amb tomaquet con llonganissa de Vic se parece a...
Ahora le quitaría la llonganissa, porque hace un tiempo que dejé la carne. Pa amb tomaquet es como piel viva y tibia, que acariciar y besar, o también como un libro con una flor.

10- La enseñanza.
Ignorancia de que no se sabe realmente, pero también, felicidad de compartir preguntas y lucideces. Su antítesis se llama evaluación y piensa-en-tu-futuro-hijo.

11- Una seta.
Aparte de champiñones, níscalos, y la de los gnomos, soy un completo ignaro en el tema. Y lo lamento, porque la seta me parece un ser muy especial, un extraño personaje en el reparto de la creación, lleno de ambivalencias: se alimenta de otros, pero es sabroso como alimento; envenena pero también puede descubrirte otros mundos…

12- ¿Gatos o perros?
Perros: prefiero la sana hipocresía inteligente al cinismo displicente que lo aparenta. Aunque lo que más he tenido y tengo ahora son gatos, por pura comodidad.

13- Quién crees que ganará el torneo de candidatos de ajedrez de 2016 (se celebrará en Atenas).
No sigo el ajedrez. Creo que no dispongo de ese tipo de inteligencia.

14- Hazte una pregunta y contéstate.
¿Qué sentido último tiene la existencia? No lo sé… estamos trabajando en ello.

15- Hazme una pregunta.
¿Qué pregunta?
¡Es broma!: a los filósofos nos gustan esos chistes lingüísticos.

Claro que se puede tomar de varias maneras, hablo de tu pregunta: ¿Qué pregunta? - que no sabes a qué pregunta me refiero al plantearte que me hagas una pregunta o que eres extremadamente educado y hablándome de usted me estás interrogando, exigiendo que te vuelva a formular una pregunta incomprendida o quizá sea un general ¿Qué pregunta? un ¿Qué pregunta? que formula la inmensidad de preguntas, de interrogantes abiertos en nuestras mentes curiosas o … me canso de abrir y cerrar interrogantes. Esta es parte de mi reflexión a ¿Qué pregunta?

Esta entrevista no tiene desperdicio, Juan Antonio Negrete es filósofo, profesor, poeta, músico y escritor (acaba de presentar el libro Diálogos de la Educación) ha contestado a las preguntas sin equivocarse en ninguna. Merece mucho la pena leerla, estoy muy contento que gente de este nivel conteste a mis despropósitos. No me extiendo más ya que en internet podéis encontrar mucho de lo suyo, os dejo un poco.


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